Nos costó subir una hora y media, más o menos. Pasamos por un bosque ¡y ya estaban todas las hojas caídas! Además vimos un montón de toperas por el camino y un montón de vacas y ternericos.
A medio camino descansamos un rato para beber un poco de agua y cuando llegamos arriba... ¡sorpresa! ¡Las vistas eran impresionantes! Allí comimos algo de fruta para coger fuerzas para la vuelta.
Después de recorrer un trozo del camino de vuelta paramos a comer. Comimos pechugas y croquetas. ¡Qué rico sabe todo en el campo!
Ya en camino otra vez cogí un palo muy grande y lo llevé lo que quedaba de camino. Yo me lo quería llevar a casa pero mis padres no me dejaron. Así que lo escondí para cuando vuelva a ir.
Nos lo pasamos muy bien. Os recomiendo la excursión, es muy chula.
Alex Ainsa Royo
